En relación al artículo publicado el día 4 de noviembre bajo el titulo «El solar del "Manhattan" de Cullera se convierte en un camping ilegal», firmado por Joan R. Gimeno Martin, en el que expresa el malestar por el estacionamiento de autocaravanas en Cullera, quiero manifestar que parece muy sencillo expresar un criterio sobre las autocaravanas en un diario de alta tirada y a nivel autonómico y desde luego no es sorprendente la reacción negativa que éste causa en nuestro colectivo. Hoy hemos comprobado que tanto el periodista como las autoridades municipales desconocen o no quieren reconocer las normas autonómicas, nacionales y europeas que regulan estos vehículos (Decreto 6/2015, de 23 de enero, del Consell, regulador de los campings y de las áreas de pernocta en tránsito para autocaravanas de la Comunitat Valenciana. Instrucción 08/V-74 de 26 de enero de 2008 de la Dirección General de Tráfico del Ministerio del Interior, sobre autocaravanas; Directiva 2001/116/CE de la Comisión, de 20 de diciembre de 2001, por la que se adapta al progreso técnico la Directiva 70/156/CEE del Consejo relativa a la aproximación de las legislaciones de los Estados miembros sobre la homologación de vehículos a motor y sus remolques, en el punto 5.1 de la sección A del anexo II).

Este turismo está siendo visto por muchos políticos como un problema en lugar de verlo como una solución en tiempos de baja afluencia de personas y de incremento de ingresos tanto a las arcas municipales, como para los comercios de la zona. Pues 200 autocaravanas que suponen unas 400 personas en época no estival y fuera de temporada, pueden ser muy positivas para cualquier localidad. Sólo con voluntad política y regulación, nunca con prohibición se podrá solucionar la cuestión.

El autocaravanismo es un turismo itinerante que practican hoy en día personas adultas con un poder adquisitivo medio alto, con un nivel de cultura y educación en muchísimos casos admirable, que lo único que persiguen es aprovechar el tiempo viajando por nuestro país y gozando del agradable clima que tenemos en nuestra comunidad. Eso conlleva para nuestros pueblos y ciudades unos ingresos en euros nada despreciables. La autocaravana como vehículo autónomo les permite estacionar y pernoctar en cualquier sitio sin apenas necesitar servicios.

Más nos sorprende que en nuestra misma comunidad haya un sinfín de ayuntamientos que están deseando que los autocaravanistas los visiten, comprobando que esta clase de turismo itinerante promueve y da a conocer sus actividades en fiestas locales y eventos promovidos por estos, acabando por regular y hacer un área de servicios para autocaravanas entre 3 y 15 plazas por un coste entre 3.000 y 12.000 euros. Localidades que ya disponen de estas áreas de descanso municipales „como Castalla, Ibi, Castellón, Benicàssim, La Salzadella, Morella, Segorbe, Turís, Utiel o Ayora„ han observado un constante aumento de turistas en autocaravanas.

Desde la Asociación Cultural Autocaravanista Valenciana (ACAV), no siendo ciertas las afirmaciones que se reflejan en el artículo referenciado, manifestamos nuestra protesta y condena por la exposición tendenciosa y partidista que manifiesta el periodista. Ángel Simó Abad. Valencia.