Las circunstancias van a obligar a Rajoy, en la próxima legislatura, a un comportamiento más democrático, dialogante y menos radical y autoritario. Ha perdido la mayoría absoluta, lo que implica que no podrá gobernar a golpe de decreto, se acabó despreciar a la oposición y al parlamento, tendrá que tener en cuenta la opinión de sus adversarios y comparecer en el parlamento cuando toque. Tendrá que dar la cara y no esconderse detrás de un plasma y mantener la independencia de los poderes y las instituciones del Estado y no utilizarlos para su provecho y el de su partido. Ya ha amenazado con no cambiar nada de lo que hizo en la pasada legislatura, pero en esta está obligado a consensuar con la oposición las nuevas leyes. Vamos a ver como se desenvuelve en esta nueva situación que no le gusta nada; él prefiere las mayorías absolutas para gobernar a su antojo y tener a la democracia sometida. Quiero terminar con un pareado como a él le gustan: don Mariano tendrá que dejar de ser torticero y ya no podrá ser un lobo con piel de cordero. Luis Carlos Rada Álvarez. Valencia.