Al que fue el campamento de inmigrantes más grande de Francia, en Calais, ya desalojado, le llamaban la jungla, o sea una selva. No me parece que el vocablo haya sido de respeto para las personas que han estado hacinadas allí y vapuleadas. Pero todo no debería pagarse con dinero. Gran Bretaña le paga a Francia cuarenta millones de euros como agradecimiento por los mil doscientos policías y gendarmes franceses enviados por el Gobierno de Hollande, que han tenido que vérselas y dar la cara y el cuerpo enfrentándose a unos inmigrantes desilusionados y frustrados.

Francia debía haber dejado el campamento y si los inmigrantes querían pasar a Gran Bretaña, ni les viene ni les va a los franceses, y que se hubiesen apañado los británicos. Los ingleses no quieren y han despreciado a la UE, pero quieren que les sigan sacando las castañas del fuego. Y no veo este desalojo, como dice Francia, de carácter humanitario. Pero ya estamos viendo el carácter xenófobo de los ingleses con los que tienen los permisos en regla; lo que sería si entrasen sin esos permisos...

No ha habido garantías humanitarias en el desalojo,así lo advirtieron las ONG.Pienso que las cargas policiales que sucedieron en defensa de Gran Bretaña para que la gente no pasara a través del eurotúnel, han sido un sinsentido y desproporcionadas. Solo los centros de acogida y las ONG han tenido la responsabilidad, tras el desalojo, de mitigar la desesperanza. Y todo para que la llamada democracia de Gran Bretaña no tenga que hacer frente a la llegada de inmigrantes. Así es la vida. Francisco Javier Sotés Gil. Rocafort.