Un año más hemos conmemorado el Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer sin ver claro el camino que ponga fin a esta lacra que deshumaniza a nuestra sociedad. Un año más hemos comprobado la incongruencia de algunas personas, incapaces de dejar a un lado sus ideologías y caer en la cuenta de que la violencia es siempre condenable, venga de donde venga y caiga sobre quien recaiga. Un año más hemos condenado la violencia que muchas mujeres sufren todos los días en nuestra sociedad y así seguiremos por desgracia, un año tras otro, mientras no caigamos en la cuenta de la necesidad imperiosa que todos tenemos de realizar examen de conciencia y un propósito de enmienda: el de tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Porque la violencia que un ser humano ejerce sobre otro no se arregla sólo con penas de cárcel y demás medidas de protección. Hay que reforzar la unidad familiar, redescubrir el respeto a los más débiles y cuidar la vida interior, ésa que nos hace ver más allá de los propios intereses. Jesús Asensi Vendrell. Algemesí.