Todos estamos de acuerdo en que el ferrocarril es una infraestructura imprescindible para asegurar el desarrollo de un territorio. Todos menos en nuestra comunidad, donde se ha hecho a tontas y a locas, sin programa y sin atender nuestras más elementales demandas. Veamos.

Vamos a tener nada menos que cuatro líneas férreas con Madrid. Dos de vía ancha, „Valencia/Albacete/Madrid y Valencia/Utiel/Madrid„ y otras dos de AVE „Valencia/Cuenca/Madrid y Valencia/La Encina/Albacete/Madrid. Lo nunca visto, dos líneas de AVE entre las mismas ciudades. Como caramelos.

Pero al mismo tiempo nuestras conexiones con Europa „las más importantes„ son propias de Namibia. La línea Zaragoza/Sagunt es tan desastrosa que el tren funciona en tramos a 30 kms/h y obliga a la Opel a trasladar a sus vehículos desde Zaragoza al puerto de Valencia utilizando el recorrido Zaragoza/Madrid/Valencia, mientras Canfranc, que es nuestra salida fundamental a Europa, sigue cerrada.

Y en cuanto a Cataluña/Europa solo hay que recordar que seis años después de que el AVE haya llegado a Valencia aún no se han hecho los 60 kilómetros de Valencia/ Castelló, cuando la conexión Cataluña/Valencia tiene para nosotros una especial incidencia para llegar a Europa, con la que no tenemos conexiones directas, obligándonos a transbordos. Por ejemplo, con AVE a Barcelona podríamos ir de Valencia a Marsella en 3 horas y media. Ahora „con suerte„ más de ocho, porque con Cataluña aún tenemos tramos de vía única y trayectos abarrotados por los cercanías que frenan a los de larga distancia.

Eso es quedarse fuera del AVE. Pagar un elevado precio para pasajeros y mercancías, por nuestra ubicación periférica respecto a la gran dorsal centroeuropea porque los incrementos de tiempo Valencia/Barcelona se traducen en dejar fuera de nuestro alcance el tiempo útil ferroviario con otras relaciones europeas. Y nos pasa por no entrar en el acuerdo de la U E llamado Eurorrailspeep de 27 de abril del 92, un programa para unir 106 capitales europeas con AVE. Alguien estaba dormido en la CV.

Respecto a nuestro acceso al oeste de Europa, donde residen nuestros principales consumidores, la cosa no está mejor. Hay que ir hasta Irún dando un gran rodeo desde Calatayud, cuando por Canfranc entraríamos como una bala. Pero tenemos cuatro líneas con Madrid, un desastre con Alcoi y un invento africano llamado tercer carril, que es algo de risa para una región con unos puertos tan importantes como la nuestra. Parece que alguien nos frena.

En otro artículo hablaremos de inversiones, que la cosa aún es más grave.