El precio de la factura de la luz para los hogares valencianos ha crecido un 14 % en los dos últimos meses. Debido a la caída de las energías renovables por la sequía del verano y la falta de viento, y a la demanda francesa por el parón técnico de cinco reactores nucleares. Todo esto me suena a una nueva tomadura de pelo, pues creo recordar que el precio tan desorbitado de la potencia contratada se debió a una indemnización del gobierno de Aznar por la paralización de las nucleares, un impuesto revolucionario que no tiene casi ningún país de la Unión Europea y del que no tenemos ni idea de cuánto durará, pues me da la impresión de que es para siempre.

Les debería dar vergüenza al Estado y a las empresas eléctricas el negocio tan sucio y poco claro que tienen con los usuarios. Así que espero que de una vez y para siempre se pueda quitar el queso de distribución del precio que nos mandan adjunto a la factura, para informar que ellos no son unos ladrones. Enrique Fernández Iniesta. Valencia.