Kurt Waldheim, que entre otros cargos fue secretario general de la ONU,en su día fue vilipendiado y acusado de crímenes nazis, pero se hicieron todas las averiguaciones pertinentes y nunca se le encontró mancha alguna de la guerra. Todo fueron críticas de sus enemigos políticos, pero era totalmente inocente. Lo vengo a decir para que nadie piense que su cortesía y respeto posterior, la que tuvo, no venía de ningún ser acusado y después de comprobada su inocencia, pero su acción de levantarse en la Asamblea General de la ONU y pedir un minuto de silencio por la muerte del general Franco, secundado por todos los componentes de la Asamblea en pie, indica que no está reñido sea el político importante que sea, para pensar que en el momento de su fallecimiento merece no solo quizás honores, sino una oración por su alma, y un respeto póstumo. Viene todo ello a colación por ese acto malintencionado, arrogante, de odio, de falta de respeto por la senadora Rita Barberá, contra la que, ya fallecida, sigue el linchamiento de Unidos Podemos. Con sus manifestaciones muy barriobajeras denota la mala calidad del contendiente, esa bilis menchevique enquistada en sus entrañas y que rezuma por todos sus poros. Pienso que incluso aquellos que los han votado, no habrán estado de acuerdo con lo que ha hecho su partido, retirándose del Congreso en el minuto de silencio por la muerte de Rita Barberá. Que no se busquen simbologías por hechos que no se han probado, y entreguemos en el minuto de silencio, sin rencores, una oración por el alma de la fallecida. Francisco Javier Sotés Gil. Valencia.