Recientemente ha fallecido mi padre y quería dale las gracias al equipo de hospitalización domiciliaria de La Fe. Mi agradecimiento para con la doctora Forcano y a todo el equipo de la Unidad de Hospitalización Domiciliaria que han estado ahí en todo momento y nos a facilitado todo lo necesario para pasar esta última etapa tan difícil por la que ha pasado mi padre, el alzhéimer.

No tengo palabras para agradeceros el trato tan cariñoso que habéis tenido con mi padre, el veros hablarle, acariciarle la cara, cuando no lo conocíais de nada. Esos gestos dicen mucho de todas vosotras y de que estáis hechas de otra pasta, que sois especiales. Gracias por estar con mi madre y darle ese abrazo, ese gesto de cercanía en estos momentos tan duros, ese «qué bien lo estás haciendo», ese «mira que está bien cuidado».

La paciencia que habéis tenido en explicarnos las cosas, gracias porque hemos aprendido mucho de vosotras. Esas llamadas preguntando cómo hemos pasado la noche, si necesitábamos algo. Ese simple gesto ya nos hacía sentir más cobijados y más seguros a la hora de afrontar esta dura enfermedad.

Ha sido una gran suerte poder contar con este equipo tan humano y tan cercano, cada día veníais con una sonrisa en la cara y nos animábais a seguir adelante. De todo corazón, os damos las gracias y ojalá el Equipo de Hospitalización Domiciliaria de la Fe reciba más recursos y aumente el número de personas que lo componen para poder seguir prestando este servicio tan necesario. Juan Luis Gil Fonseca. Valencia.