El ateísmo que proclamó la muerte de Dios (Nietzsche) que odiaba la religión (Marx, Engels) causante de la persecución religiosa, asesinatos y altercados en España y varios países europeos en el pasado siglo debería estar superado. Por desgracia, el ateísmo de algunos sigue implicando un odio violento a la religión en general y al cristianismo en particular. El escrito del pasado miércoles «Valencia y la no laicidad en sus instituciones» es una muestra. Desaprueban sus autores, ateos y librepensadores, la presencia de belenes en espacios públicos. No ,supongo, porque sean ofensivos sino por «el daño físico y mental causado durante estos últimos dos mil años por quienes auspician esa inocentes manifestaciones», por lo que cuestan y principalmente aunque no lo digan, por ser una manifestación religiosa. Se puede por mor del derecho a la libertad de expresión representar en espacios públicos y subvencionado con dinero público, obras teatrales, exposiciones pictóricas procesiones «laicas» mofándose y ofendiendo sentimientos religiosos y personas creyentes. O asaltar capillas al fraternal grito de arderéis como en el 36. Pero belenes en ayuntamientos no. Permiten, eso sí, que actuemos como queramos en lo privado . Ese ateísmo no es neutral. Es beligerante. Quieren imponernos una sociedad según sus ideas : como si Dios no existiese. No se si saben los autores del artículo que desde hace más de dos mil años los cristianos nos dirigimos a Dios pidiendo que perdone nuestras ofensas que nosotros perdonaremos a los que nos ofenden aunque algunas veces nos cueste. Esa oración, nos la enseño Jesucristo, cuyo nacimiento conmemoramos en Navidad. Jual Luis Ayas Correas . Valencia