En España y en el mundo hay varios vicios sociales que hay que combatir. Los hay que no se transforman en enfermedades, pero, en cambio, hay otros que si y que la administración tiene la obligación de combatir, como son: el alcohol, las drogas y el juego que, a su vez, se convierten en el alcoholismo, la drogadicción y la ludopatía, respectivamente.

El garante de la salud pública es el Gobierno y tiene obligación de velar por ello. ¿Por qué, entonces, permite que se invadan nuestros hogares y penetre el virus del juego a través de cientos de anuncios televisivos ensalzando la bondad del juego y que, avalados por los descerebrados astros del futbol como Neimar o Cristiano Ronaldo, nos ofrecen ganancias al instante?. Incluso nos «regalan» como anzuelo un dinero inicial para apostar y perder.

¿Por qué los gobiernos españoles se empeñan en dar pingües ganancias de cientos de miles de millones de euros a estas empresas de juego a costa del bolsillo y la salud de su pueblo? La ludopatía, crea un impulso irreprimible de apostar cada vez más, a pesar de ser el enfermo consciente de sus nefastas consecuencias. Está reconocida como una grave enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es vergonzoso descubrir que en un canal público Teledeporte, durante los partidos de baloncesto se promocionaba una empresa de apuestas para que los cientos de miles de niños y jóvenes deportistas que lo siguen, piquen y destrocen su virginal porvenir. Incluso, los menores de edad desde sus móviles aprenden pronto a «delinquir» falsificando los datos para poder jugar "on line" con el consentimiento tácito de esas "éticas" empresas de apuestas y, por supuesto, de nuestros «éticos» Gobiernos.

España se ha convertido en uno de los países con más incremento de la ludopatía y hay una enorme preocupación por parte de los expertos y por la Federación española de jugadores de azar rehabilitados (Fedar) por la entrada en nuestros hogares del juego on-line y piden a las autoridades que se controle exhaustivamente, especialmente en edades tempranas ya que se incrementa exponencialmente la adicción. Víctor M. Mengual. Valencia.