El plan de peatonalización de parte del centro histórico también está sirviendo para mejorar la accesibilidad de las personas. Una buena noticia, pero como siempre una media verdad. Comentando la noticia con una persona impedida, me señalaba que se deberían quitar los bolardos colocados en los pasos de peatones, pero no los de las aceras, ya que se colocaron para evitar el aparcamiento indebido en la misma, y raramente les molesta a ellos, todo lo contrario, a los colocados en el paso de peatones, que con el bastón a veces no lo detectan y se dan en las rodillas, por lo que le llaman rompe rodillas.

Si los bolardos fueron durante un tiempo el enemigo público de los vehículos en la ciudad, según algunos, para otros no dejaba de ser a la vez un aliado para el peatón, pero posiblemente nada es perfecto, pero no podemos estar cambiándolo todo dependiendo del partido que este mandando, pues así no acabaremos nunca de gastar el dinero de los ciudadanos.

Por otro lado, pienso que, si estos artilugios son molestos para las personas con movilidad reducida y verdaderos obstáculos para cualquier viandante, en aceras reducidas, también es un peligro el bordillo, ya que el pisarlo mal puede caerse una persona la calzada y ser atropellado por el vehiculó que pase en ese momento.

En resumidas cuentas, todo tiene su cara A y B, y como dice el dicho nunca llueve a gusto de todos, y sin lugar a duda debemos ser respetuosos unos con otros, ya que la Concejalía de Movilidad Sostenible, no puede ser la solución a todo, y probablemente hay que ser más severos con las normas de aparcamientos, ya que el peatón y sobre todo las personas de movilidad reducida debe tener todo el apoyo, pero que tampoco olviden la prudencia al transitar por sitios donde puedan ponerse en peligro. Enrique Fernández Iniesta. Valencia.