En relación al artículo de Ángel López García-Molins, «Crónicas de la Incultura. Cultura de masas», el autor tiene razón al decir que «la cuidad es de todos». Yo enfatizo en «todos», no sólo de los automovilistas. Las carreras populares permiten el acceso al deporte para todos los bolsillos, facilitan la cada vez más exitosa presencia femenina en las competiciones, no contaminan y además son un quemagrasa sanísimo.

Lucirse, o como se llama ahora, postureo, lo hay en todas las actividades: ropa, relojes, corbatas, restaurantes, etcétera. Poco o ninguno hay en un deporte nada elitista. El corredor popular busca mejorar deportivamente mediante su propio esfuerzo. Los pulsómetros, no podómetros, son un elemento de seguridad. Es imposible, con el nivel de participación actual, encajonar en el cauce una carrera. Nos enorgullece el prestigio internacional de ser Valencia la Ciudad del Running. Juan Medina. Valencia.