Acció Ecologista Agró critica el empleo de dinero público para las reparaciones en la urbanización de la Casbah en El Saler tras el temporal. Esto no es un problema nuevo, ya que los temporales han destrozado en otras ocasiones el paseo marítimo y el muro que protege estas viviendas. Asimismo, apunta que «las reparaciones de esos daños siempre han corrido por cuenta del erario público», preguntándose que por qué se tiene que pagar las obras que afectan a unos propietarios particulares en la zona marítimo-terrestre, reclamando arrecifes artificiales y trasvases de arena y todo lo que haga falta.

La Casbah forma parte de la catastrófica acción urbanizadora que en la época franquista prmitió construir una urbanización exclusiva, de lujo, utilizada como segunda residencia por muchos de sus vecinos. Por lo tanto, lo que se pretende es que se proteja la playa con un proyecto viable y factible y eso exige que la Casbah desaparezca. De este modo, solicitan su expropiación. Pensando que sus vecinos tienen derechos, éstos no deben prevalecer sobre el conjunto de los valencianos que también tienen derecho a que sus impuestos se utilicen en obras de interés general y que puedan disfrutarlos todos, vivan o no en la urbanización.

En parte tienen razón los ecologistas, no porque la urbanización sea de la época franquista, pues según indican se trata de una urbanización privada, y si eso fuera así, serían ellos los que tendrían que reparar y regenerar su zona de ocio, pues como se dice se trata de una obra privada, que no tenemos que pagar los demás ciudadanos. Por todo ello, tengo que recordar que la defensa de regeneración sí les corresponde a los ecologistas, y la expropiación debería ser porque se cumplan las leyes de medio ambiente, pero la inversión económica debe ser tratada por los representantes políticos, por lo que no mezclen las churras con las meninas. Enrique Fernández Iniesta. Valencia.