Dado que la gran mayoría de crímenes terroristas los cometen personas musulmanas, es comprensible que muchos estadounidenses vean con buenos ojos el que se les prohíba la entrada a EE UU a quienes profesen esta religión. Ahora bien, la confesión religiosa no aparece en el pasaporte, y no todos los musulmanes lucen signos externos de su fe, de ahí que Trump haya optado por vetar determinados países de mayoría musulmana. Curiosamente, ha pasado por alto Indonesia, que alberga la mayor población islámica del mundo (más de 200 millones). Bien es cierto que no se tienen noticias, que yo sepa, de actos terroristas perpetrados en EE UU por personas procedentes de allí. Pero si ese fuera el criterio, y teniendo en cuenta que de los 19 terroristas del 11S, 14 eran de nacionalidad saudí, ¿no debería haberse vetado a Arabia Saudí? Quede como ejercicio para el lector reflexionar al respecto. Anahí Seri Murciano. Valencia.