En mis idas y venidas entre Terramelar y Benimàmet paso por lugares muy sensibles y entrañables para mí de los tiempos de posguerra. No puedo evitar, al pasar junto al cementerio de Benimamet ver esa pequeña explanada llena de hierbas donde jugábamos al fútbol. Entre todos recuerdo a Luis Fuertes, pues más de una vez lanzó el balón por encima de esa alta pared del cementerio y caía dentro. Si estaba abierto entrabas, el sepulturero cogía el balón y te lo daba; pero si estaba cerrado al que lo había tirado le ayudábamos poniendo sus pies en nuestros hombros y ¡ala hacia arriba!; más de una vez desde las rejas del cementerio veíamos como tenía que bajar a una de aquellas fosas abiertas y como volvía muerto del susto con el balón cogido contra su pecho. Pero que sepan los ahora pequeños futbolistas, que tienen campo de fútbol en Benimàmet, que de aquellos sitios tan siniestros salieron muchos buenos jugadores y entre ellos quien esto escribe. Francisco Mir Belenguer. Paterna.