Los progresistas de nuevo cuño, cuando aprueban algunas de sus ordenanzas de ingeniería social, afirman que las leyes están para cumplirlas. Sí, pero no opinan lo mismo cuando una ley no les convence o creen que es «de derechas». Y ahí están, por ejemplo, los maestros que se saltan a la torera la Lomce y dejan de impartir el currículo previsto para el área de Valores sociales y cívicos; que es la alternativa a la asignatura de Religión. Estos maestros aprovechan ese tiempo lectivo para plantar y recolectar coliflores en el huerto del colegio, adelantar la construcción de la Falla, ver vídeos musicales, visitar el aula de informática, leer en cuento chino...

Y lo más triste de todo es que estos mismos maestros; esos que se saltan un día tras otro la Lomce; serán los primeros que exigirán el cumplimiento de la ley educativa que incluya en su currículo la ideología de género de forma transversal. Pondrán el grito en el cielo si el maestro de Religión no incluye en su programación los contenidos de educación sexual que los suyos se han inventado. Y para nada le valdrá a ese docente echarles en cara que ellos también incumplían la ley cuando no impartían contenido alguno del área de Valores. A ese maestro de Religión transgresor le espera la denuncia a la inspección educativa, la apertura de un expediente disciplinario y un futuro laboral más que incierto.

Por eso no queda otra que denunciar esta incongruencia progresista y desear que la ciudadanía caiga en la cuenta de ese ordeno y mando intransigente de los partidos de izquierda; en algunas comunidades autónomas, como la de Madrid, el Partido Popular también realiza políticas sociales progresistas; e impida que en las próximas elecciones autonómicas vuelvan a alzarse con el poder. ¿No creen? Jesús Asensi Vendrel. Algemesí.