»Cinco muertos y más de 20 heridos en un atentado terrorista cerca del Parlamento británico en Londres». Ayer, día en que se cumplía un año de los atentados en Bruselas, el más que condenable y despreciable terrorismo golpeó Londres. Y debemos preguntarnos: ¿Qué hemos hecho mal? o, simplemente, ¿Qué hemos hecho? Mi memoria se retrotrae a la guerra de Irak como la mecha que encendió un odio que el mundo, la sociedad occidental, está pagando con creces. De ello el mundo, los pueblos, tiene que pedir explicaciones a los de las fotos de las Azores entre los que se encontraba, y ha tenido su recompensa en los EEUU, el vendido y genocida Aznar.

Ahora, más reciente, tenemos, entre otras, la guerra de Siria, en la que el terror de las administraciones rusa y norteamericana, con otro genocidio a gran escala, están sembrando el odio y el rencor para muchas décadas, tal vez mucho más allá del beneficio que obtengan tales administraciones en tanto dure el conflicto bélico, con resultado de crímenes de lesa humanidad, como posteriormente en la reconstrucción de aquel país. Y este otro terrorismo también debería ser condenado, si bien es tolerado por las instituciones internacionales. ¡El ser humano y su ambición no tiene límites!. Antonio Giménez López. Torrent