El empresario gallego Amancio Ortega ocupa el puesto número 4 en el ranking de las personas más ricas del mundo. Ahora es noticia por haber donado gran cantidad de dinero a varias instituciones españolas. No hay duda de que es loable su generosidad, que va a hacer mucho bien a mucha gente. Dejando al margen lo evidente, quiero enfocar esta noticia desde otro punto de vista.

Formamos parte de una sociedad que presume de democracia, libertad, justicia social, igualdad de oportunidades, etcétera. Pero la realidad nos muestra que falla la justicia distributiva, la mayor parte de la tarta está en manos de unos pocos y las migajas son para el resto. Algo, muy grave, falla en una sociedad cuando permite y facilita que mientras a unos pocos les sobra el dinero, otros muchos están en la pobreza y con carencias de todo tipo. No, el cielo no se gana por asalto, pero tampoco comprándolo haciendo grandes obras de caridad. Pensemos de nuevo la sociedad que queremos. Carlos Rada Álvarez. Valéncia.