He leído que el presidente Rajoy habla de mantener buenas y cordiales relaciones con el Reino Unido tras el brexit, aunque sus ciudadanos insultan continuamente a España y a los españoles. Pero se habla poco de Gibraltar, vergonzosa colonia inglesa en Europa, y no se cuentan las injusticias con los españoles que trabajan allí, y en pleno siglo XXI. Hemos visto arriar la bandera inglesa en la Unión Europea y pienso que también tendríamos que verla arriar la que ondea en el Peñón de Gibraltar. García Margallo, gran ministro, ya dijo que también todos los jóvenes deberían solicitar la devolución del Peñón de Gibraltar a España. El nuevo ministro de Exteriores parece muy pragmático y dice que no le importa lo que hagan los gibraltareños, aunque debería importarle la devolución de Gibraltar a España y hacer lo indecible para que además de reconocerlo la ONU con su sentencia, lo reconozcan los demás foros internacionales. Y que entre todos soliciten que Gibraltar sea territorio español y se le devuelva a España, como debe ser. Al menos se ha conseguido que la UE reconozca el derecho de veto de España en el contencioso gibraltareño, con gran disgusto y perplejidad para los hijos de la Gran Bretaña. Un primer paso adelante. Francisco Javier Sotés Gil. València.