El gobierno tripartito valenciano sigue erre que erre en su afán de transformar la vida y costumbres de sus ciudadanos. No acepta que la realidad es otra, que ninguno de ellos ganó en las últimas elecciones autonómicas, y retuerce a su antojo el principio de subsidiaridad. Dicen los progresistas que la iniciativa privada ha de llegar sólo donde no alcance el actuar de las instituciones públicas, cuando es justo al revés. La persona es anterior a la invención del Estado, y éste está al servicio de sus ciudadanos y no al contrario. Las instituciones públicas han de fomentar la iniciativa privada y cubrir aquellos campos donde ésta no alcance. Nadie sabe mejor qué le conviene que uno mismo aconsejado por los suyos, por su familia y amigos.

El consejero de Educación, el maestro Marzá, ha decidido eliminar algunos conciertos educativos en aulas de Bachillerato, que tenían alumnado de sobra, por motivos ideológicos y para rellenar las aulas vacías de los institutos públicos. Impone su criterio en contra de la voluntad de las familias, ajeno a una realidad que desea cambiar por la fuerza de su ley.

Y ahí no va a quedar la cosa, pues aquí en Valencia se va a debatir, a propuesta del sindicato «progresista» STEPV, desligar las vacaciones escolares de las fiestas religiosas. Quieren hacernos creer que la culpa del fracaso escolar la tienen las vacaciones de Navidad o de Pascua y los días festivos de San José, la Virgen del Pilar, la Inmaculada y la patrona del pueblo. Sí, quieren hacernos creer que una semana de vacaciones cada dos meses, el pasar de tres a cinco evaluaciones, es la solución que los valencianos necesitamos para ser un referente educativo en el mundo entero.

Los «progresistas» de nuevo cuño pretenden crear una nueva realidad que se amolde a su pensamiento sectario a base de decretos legislativos dictatoriales. Es por eso que con ellos no cabe el diálogo, no se puede negociar con personas que se creen en posesión de la verdad absoluta, y no hay otra más que echarlos del poder en las próximas elecciones autonómicas. ¿Votando al Partido Popular para que saque mayoría absoluta de nuevo? Pues casi no, pues el PP ha demostrado que es incapaz de llevarle la contraria a los progresistas y derogar las leyes ideológicas de Zapatero, que siguen y seguirán vigentes mientras no aparezca algún partido político amante de la verdad y de la libertad. Jesús Asensi Vendrell. Algemesí.