Deseo rectificar la parte esencial del texto que figura en el artículo Nazis a València (I), aparecido en el periódico el 5 de marzo corriente en la página 35 y firmado por Francesc J. Hernández, en el que aparecen palabras injuriosas contra mi padre, Hans-Peter Fromm Kussin, no Kussen (qepd) además de tratarle de agente nazi. Esto es totalmente falso y el autor del artículo debería haberse informado primeramente, constatando la veracidad de lo que informa.

Los datos de nacimiento y fallecimiento son correctos, así como direcciones y estancias en Madrid y València y su pertenencia a AEG Ibérica de Electricidad, lo que demuestra que los llamados aliados nos tenían vigilados a todos, sobre todo a los muchísimos nazis que habitaban y trabajaban en España, con los que nuestro padre no tenía ninguna relación. Todo lo contrario y precisamente su resistencia al régimen nazi es lo que le llevó a ser considerado por la Gestapo alemana como un individuo incómodo y sospechoso para querer apartarlo y deportarlo a Alemania.

Mi padre, hijo de Hans Fromm, nacido en Breslau (Silesia), hoy Wroclaw (Polonia) (13/04/1876-19/02/1945), médico y militar, participó en la guerra de 1914, fue condecorado y herido. Era hijo de una familia judía, bautizado en la religión evangélica-protestante y enterrado en un cementerio católico en 1945, cuando sobre Breslau caían las últimas bombas soviéticas. Dedicó su consulta en gran parte a enfermos de pulmón en una región predominantemente minera (carbón y hulla) Cuando Hitler llegó al poder y comenzó la persecución de los judíos, él fue considerado uno más de ellos y le retiraron su licencia de médico, teniendo que abandonar a la fuerza su profesión con el consiguiente quebranto económico para su hogar y moral por dejar el ejercicio de la medicina que tanto amaba y por el que era muy considerado entre sus pacientes. Gracias a que mi abuela, Catarina Kussin, era de sangre aria, el matrimonio no tuvo que padecer males peores o sufrir una deportación a Dios sabe dónde.

A la conclusión del conflicto mundial, tras ímprobos intentos para traer a mi abuela a València, finalmente mi padre consiguió arrancarla de un pasado lleno de penurias (asalto a su casa por parte del bando ganador, perdiendo su hogar y todas sus pertenencias, hambre, enfermedades) en un viaje a través de Suiza, en diciembre de 1947, quedándose tres maravillosos años en las queridas tierras valencianas, donde recuperó su salud y sus ganas de vivir. Mis padres, con sus hijos, vivían tranquilamente en la ciudad del Turia, que nos había acogido y nos sigue acogiendo, ya en tercera y cuarta generación, como si de los suyos se tratara.

Sería muy prolijo copiar escritos y adhesiones en esta epístola. Tenemos toda la correspondencia guardada como prueba de lo que manifestamos y para que quede constancia a futuras generaciones. Los descendientes de Hans-Peter Fromm Kussin, hijos, nietos y biznietos, exigimos que se restaure el derecho al honor por medio de esta publicación. Hans-Peter Fromm Weist. Rafelbunyol.