El Gobierno valenciano anda preocupado por el lenguaje sexista que se utiliza en sus centros hospitalarios y por eso ha editado una guía para que el personal sanitario caiga en la cuenta de que no todo es atender bien a los pacientes, sino que lo más importante es hablar con corrección de género. Está claro que más de uno, y de una, afirmará que no, que la Conselleria de Sanidad sí que se preocupa de las personas enfermas del estado de buena esperanza y de evitar trastornos extras a sus pacientes embarazadas. Y es que acaban de ampliar la red de hospitales públicos que practican abortos de forma gratuita a todas aquellas mujeres -¿y hombres?-que hayan decidido poner punto final a su embarazo.

Y la cosa no queda ahí, pues al mismo tiempo que se preocupa de normalizar el aborto desea impulsar la donación de sangre de cordón umbilical. ¿Pero de qué va la consellera de Sanidad, Carmen Montón? ¿Pretende acaso sacar provecho sanitario de los miles de abortos que se practican en los hospitales valencianos? ¡Qué vergüenza y qué repulsión! ¡Ya está bien de querer convertir a los médicos en deplorables carniceros! ¡Ya está bien! Jesús Asensi Vendrell. Algemesí.