El año pasado, una compañera de trabajo lloraba desconsolada porque había tenido que dejar a su bebé de 11 meses ingresado en el hospital y tenía que volver a su puesto de trabajo.

Los trabajadores tenemos dos o tres días según convenio para poder cuidar de nuestros familiares directos en el caso de hospitalización. Una persona adulta puede asumir perfectamente (aunque es muy duro) pasar unos días ingresado en un hospital, pero un menor y menos un bebé es la cosa más inhumana y antinatural.

Para poder cuidar de nuestros hijos en el caso de que tengan que ser ingresados en el hospital, una vez agotados esos días, las alternativas para poder quedarnos con ellos son: pedir una excedencia que no todo el mundo se puede permitir.; agotar tus vacaciones, y ha habido casos de gente que ha tenido que gastar hasta las del año siguiente; y como último recurso, fingir una enfermedad y pedir una baja médica para quedar exento de tu trabajo durante ese período de tiempo. Esta última opción no es la más correcta, ya que estás cometiendo un fraude, pero si no te queda otra alternativa, aunque supongo que eso es lo de menos.

¿Cómo se puede privar a un hijo que esté malito en el hospital de la presencia de su madre o de su padre por motivos laborales? Creo que hay que buscar un equilibrio para que las cosas funcionen. La falta de humanidad del mundo empresarial en el que vivimos presume de una conciliación familiar que no existe. Lo único que pido poder aliviar ese sufrimiento que alberga en ambas partes, el del hijo por no poder estar con sus progenitores y el de los progenitores por no poder cuidar de su hijo. Elena Fernández Fuentes. València.