Cuando vas por los campos, ves cientos de construcciones abandonadas, sobre todo granjas avícolas, con tejados de uralita y fibrocementos, que se van deteriorando, emitiendo al aire partículas altamente cancerígenas, que nos pueden llegar a afectar a todos. Desde el año 2002, está prohibida la utilizacion de uralita en nuestro país, pero aún hay miles de construcciones con tejados de uralita. Si el Gobierno central ha ayudado a los bancos con miles de millones de euros, ¿por qué no se hace un censo de estas construcciones abandonadas que tienen tejados de uralita y se destinan fondos para ayudar en su eliminación, antes de que se conviertan en un problema de salud pública? Manuel Roda. Castelló.
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