La burocracia no sirve para nada. Una vecina me ha solicitado ayuda porque al lado de su casa había un cachorro de perro en el piso y no dejaba de llorar. Sus dueños fueron detenidos por la UCO el pasado jueves 14 de septiembre y no pensaron que dejaban a un perro solo ante cualquier adversidad. Hubiese sido más sencillo que ellos mismos hubiesen dado parte a la protectora, pues ha estado cuatro días sin comida y sin agua y nadie ha llamado a la policía. Lo he hecho yo. Después de explicarles la situación a diferentes agentes, siempre me preguntaban si el perro estaba solo. Transcurrido un tiempo han venido dos agentes de Policía, uno de ellos un poco altivo y yo creo que con una actitud poco correcta, la dueña del piso les ha dicho que tenía la llave porque la pareja detenida estaba de alquiler, y el agente se ha negado en rotundidad a acceder al domicilio. Le hemos dicho que lo que nos preocupaba era el perro y él nos ha respondido que si queríamos acceder al piso que fuésemos al juzgado de guardia a pedir una orden para entrar, que a él «poco le importaba el perro». También estaban allí los voluntarios de Modepran, cuyas gestiones han podido acabar con el sufrimiento del perro. Los voluntarios se involucran al máximo porque se les ha visto la intención al decir que su responsabilidad era marcharse de allí con el perro. Es una labor que no es reconocida por muchas personas y ante todo por la concejala de bienestar animal, Gloria Tello. Esther Clemente Bartual. València.