Hace tres semanas se anunció una película cuya historia era tan simple y aburrida como sus personajes protagonistas. El nacionalismo y las banderas, como las religiones, son todo lo contrario al pensamiento de los seres humanos libres y se corresponden más con lo que Nietzsche llamó la moral de los esclavos. Pero esta película ya no va de soberanismo ni independencias, un giro en el guión le ha dado profundidad y calidad a la historia. Esto ya no va de Cataluña ni de España, esto va de seres humanos contra ese monstruo llamado Estado creado para servirnos pero como un terminator ha asumido vida propia por encima de la voluntad de sus creadores. Esto va de gente cuya moral de esclavo le impide arriesgar nada porque sin sus señores no son nada. Esto va de dos especies de hominidos: una que disfruta escuchando Despacito y otra que nos emocionamos con Knights of Cydonia. Como dice la letra de la obra maestra de Muse: «No desperdiciéis vuestro tiempo o el tiempo os echará a perder». No es momento de ser partidistas ni equidistantes, tan loco es un catalán que se cree catalán como un español que cree ser español, es el momento de demostrar que el apoyo mutuo, como observó Kropotkin, es un factor clave en la evolución. El domingo, tractoristas y panaderos serán los caballeros de Cydonia, no me importa su causa, sólo su voluntad de ser humanos. Alfredo Alba Marín. Marines.