No soy gay (mi máximo respeto hacia ellos) y por lo tanto no necesito un armario para salir de él. Sin embargo, alguien en mi maravilloso barrio hizo correr el rumor en su día al parecer (oh, gracias) sobre mí de forma que hasta hoy, casi 40 años después, sigo soportando actitudes homófobas y denigrantes. Tal vez mi rechazo a la violencia (por no decir miedo) y mi falta de suerte en el amor (aún sigo soltero) no ayudan mucho, pero...si mis coches hablaran. Todos los vehículos que he tenido han sido marcados de diversas formas. Pintadas. Escupitajos rayajos. Rotura de retrovisores. El barrio se llama Marxalenes y he de dejar el coche lejos para evitar que me lo dañen. ¿Esto es civilizado? Yo creo que no. Gracias sociedad. José Noguera. València.