Lo recuerdo muy bien. Era poco antes de la muerte de Franco, y ya entonces el jefecillo de Valencia 2.000 andaba pegando hostias por ahí. Se ve que no tenia nada mejor que hacer el pobre hombre. Ocurrió ante las puertas de la antigua Facultad de Filosofía de Valencia, donde el chico y sus chicarrones del sur, armados con cadenas de bicicleta, se ensañaban con cualquiera que pasara por allí, tan valientes como siempre. A un servidor también le dieron, todavía ignoro a santo de qué, ya que ni era estudiante ni nada. Por entonces, el jefe de esos tipos alardeaba de ir armado con una pistola, nada de cadenitas ecologistas.Y manifiesto desde aquí mi solidaridad con Mónica Oltra y su familia. Julio A. Mañez. València.