El fiscal general no ha podido estar más acertado cuando en un tono serio defendía la dignidad y legitimidad del Estado. Ha acusado al Govern catalán de rebelión, sedición y malversación. Tres palabras que no pueden representar mejor lo sucedido desde el trágico día 1 de octubre hasta hoy. Se considera rebelión al levantamiento contra una autoridad o un gobierno y llevamos varios días de rebelión catalanista encabezada por un Puigdemont que se encuentra ahora en Bruselas, refugiado piensan algunos, negociando dicen otros. Por otro lado, dícese de sedición el levantamiento colectivo y violento contra una autoridad, la violencia sabíamos que iba a llegar y comenzó el día 1 de octubre, esperemos que no sé repita pero cargar contra autoridades policiales es delito grave. Malversación es la acción en la que uno se apropia de mala manera de valores o fondos que les han sido confiados en razón de un puesto de trabajo o cargo de alto rango, Cataluña perdió hace tiempo la confianza del gobierno central. La pérdida de los valores morales, la manipulación de la historia y de la educación son muestra de ello. Los altos cargos purgaran por lo sucedido.