Me dirijo a usted como protesta e indignación frente a la noticia con el siguiente titular: «La Policía desarticula una quedada de carreras ilegales en València», que se ha visto manipulada al antojo del escritor. La noticia nos deleita con frases como «los alrededores del cementerio se habían convertido [...] en un lugar habitual de concentración de coches tuneados, cuyos dueños, además de exhibirse allí, llevaban a cabo todo tipo de carreras ilegales».

Yo, visitante habitual de esta quedada de «carreras ilegales», debo de estar loco o ciego. Llevo asistiendo bastante tiempo a esta concentración y nunca hubo una carrera, y menos de coches. No me quiero meter en cifras porque no los conté, pero diez dotaciones policiales no había, ni de lejos. Muchas veces, estando allí reunidos, sin realizar ninguna carrera, entraba la Policía Nacional o la Policía Local y ni siquiera paraban, porque no tenían motivos para hacerlo, porque no estábamos realizando ningún acto vandálico como se afirma en la noticia. Es cierto que tampoco somos santos, alguien arrancaba su coche y lo ponía al corte, bien, pero de ahí a hacer carreras... muy lamentable.

Por culpa de otro tipo de vehículos, que sí hacían carreras, y sí hacían ruido, y sí tenían un comportamiento fuera de la legalidad vigente, se nos ha acusado a nosotros, los amantes de los coches que íbamos allí a pasar el rato, conocer gente nueva, ver coches, de algo que nunca hemos hecho. Los motociclistas pasaban rato haciendo ruido, quemando rueda, y haciendo carreras entre ellos. He presenciado momentos en los que alguno de ellos, haciendo algún que otro caballito casi cae.

Y si la Policía hizo esta redada no fue porque hubiese un accidente en el lugar, causado por un coche, sino porque fuera del lugar, en un semáforo cercano, hubo un accidente de moto, de uno de los que estuvo allí en la quedada, que desgraciadamente falleció.