Especialmente me dirijo a todas las fuerzas del orden público, que están encargadas de velar, mantener y garantizar el orden. Se esperan días muy convulsos y complicados en Cataluña. Quizás serán insultados, humillados, vilipendiados€ por una gran minoría. No es cuestión de poner la otra mejilla, lo que se requiere es que redoblen su paciencia y profesionalidad ante la incitación. Sin poner en riesgo su integridad física o la de tercera personas. Los daños materiales se pueden restaurar. Los humanos son más importantes y en ocasiones irreparables.

Esa gran minoría les instigará, para abocarles a la ingrata situación de emplear la fuerza. Es ahí donde radican sus intenciones, más que sus reivindicaciones. Buscan ser mártires ante la sociedad nacional e internacional, para crear un efecto multiplicador a cualquier precio, justificar así sus pretensiones, y hacer creer al mundo que son gente de desvalida, víctima de una opresión feroz y tercermundista. No malgasten todas las fuerzas, porque no tardarán ellos en necesitarlas y allí acudirán prestos y dispuestos para auxiliarles.