El frío por fin ha llegado, y con él un espíritu navideño adelantado. Paseando por la calle descubrimos escaparates estratégicamente decorados e iluminados que muestran miles de ideas para que regales, o más bien, para que compres. No habría ningún problema, si no fuera porque aún estamos en noviembre. Un año más, las Navidades han convertido una festividad de dos semanas, en una de dos meses. Porque a pesar de lo bonita que sea esta celebración, creo que es el momento de poner freno a este exceso, o acabaremos cantando villancicos en pleno julio. Jorge Úbeda Mata. València.