Doña Isabel, ¡no se enfade con los empresarios! Ellos van a lo suyo, como todos. ¿Acaso vio usted en la ya famosa manifestación a los directores de los colegios católicos concertados o a los gerentes de la concesión del Hospital de Alzira? No, claro. Vio a los favorecidos por el régimen, a los subvencionados. Así es, porque hay que comer sin que importe cuál es el pesebre. Pero es lo mismo que en tiempos pasados. Sí, el clientelismo, el amiguismo, el derroche y las corruptelas han sido el común denominador de todos los gobiernos valencianos. Solo así se explica el enorme déficit acumulado, y no solo con la desigualdad en la financiación como nos quieren hacer creer. La gran mayoría de comentaristas políticos afirman que su posición es equivocada, que no debería atacar a quienes ahora le dan la espalda y que son su caladero natural de votos. Pero mi modesta opinión es que acierta. Ya volverán, arrepentidos y contritos, cuando cambie la tortilla.