Soy agricultor de Meliana. En principio, mi orientación no era la agrícola sino la industria química, pero las circunstancias y la tradición familiar me llevaron a la agricultura y para mi fue una gran elección. A mi parecer, quienes se han dedicado a pensar en la ley de la huerta no han tenido en cuenta para nada al agricultor ni sus problemas, solo les interesa el paisaje. Para aprobarla se han escudado en la Unió de Llauradors, que visto lo visto no entiendo como la puede defender pues habla de obligaciones de los agricultores donde no se ha ejecutado ningún plan agrícola y donde no hay presupuesto.

Una ley que consta de 54 páginas y que dedica a la figura del agricultor un párrafo de 3 ó 4 líneas dice muy poco de las intenciones proteger al principal protagonista. Esta ley es totalmente incoherente, parece hecha por alguien que no se ha dedicado a cultivar, cuidar, y hacer viable esta agricultura metropolitana de València. El agricultor ha de ser el protagonista y ha de quedar totalmente protegido, ya que sin agricultor no hay huerta. Esto es así, ningún ecologista urbanita va a venir a cultivarla como está ahora, al igual que yo no podría ser arquitecto o médico.

Es una ley que habla de obligaciones y restricciones: no se podrán construir invernaderos, el riego será a manta que es un riego tradicional y poco efectivo con grandes pérdidas de agua, no se podrán plantar árboles en ciertas zonas como si naranjos, caquis, limoneros o árboles ornamentales no fueran agricultura, se podrá hacer expropiaciones de uso, se restringirá el uso de fitosanitarios pero se podrán importar productos de países terceros sin legislación fitosanitaria, las estructuras de lavaderos y secaderos de chufas peligran porque no están acorde con la línea paisajística... en fin.

La solución de la que habla es de mercados de proximidad como si València estuviera capacitada para absorber todo el producto -patatas, cebollas, coles, naranjas...- que se producen en el área metropolitana, eso sí, compitiendo con productos externos. Cuando una ley la hace alguien que no sabe de agricultura sino de urbanismo, pues pasa lo que pasa: que se protege el paisaje y se desprotege al agricultor. A ver si nos va a pasar como una tribu africana que quiso librarse de las serpientes y rompió el equilibrio y se los comieron las ratas. A ver si protegemos el paisaje, desprotegemos al agricultor y nos cargamos la huerta. El tiempo dará y quitará razones. Juan José Romero Cerezo. Meliana.