Los actuales políticos solo son de partido y por desgracia no lo son de Estado. Mal seguiremos si cuando se habla de cambiar el sistema electoral se critican entre ellos alegando conveniencias partidistas. Sin pensar que la única conveniencia es el bien común. El actual sistema es desproporcionado, injusto e incoherente. Es difícil de explicar y entender que en las elecciones del 2004 IU con 800.000 votos obtuviera 2 escaños, CIU con los mismos consiguiera 10 y el PNV con 420.000 sugrafios lograrada 7 escaños; paradójicamente a otros partidos les fueron suficientes poco más de 60.000 votos para ocupar un escaño. Todos se benefician. Los partidos nacionalistas, independistas y proetarras, sabedores los mayoritarios de que en algún momento serán necesarios para sacar adelante presupuestos, proposiciones, etcérera, ¡allí están ellos para dar sus dentelladas! Y así llevamos cuarenta años€

Sería sencillo totalizar todos los votos emitidos y divididirlos entre el número de escaños (350). La lista más votada sería la ganadora y beneficiada en los votos dispersos para completar escaño y la encargada de formar gobierno. Se podrí añadir la innovación de conceder la misma validez a los votos en blanco que al resto de los escaños. El ciudadano se ha desplazado a depositar en las urnas su sobre vacío€ lleno de hastío. Es por ello que se merece su respeto en el Congreso. El Senado debería correr la misma suerte. Roberto Tarazona Mascaró. València.