¿Se imagina alguien a un juez otorgando la libertad a un preso con el argumento de éste prometiéndole que no va a robar, aunque sea para dar de comer a su familia, nunca más el resto de su vida? Otro caso. Saben cuántos presos hay actualmente esperando o cumpliendo condena con el VIH o ya con sida? ¿O con hepatitis C, sólo por poner algunos ejemplos? No se merecerían ellos también, y ya que su enfermedad es más grave o terminal, que un fiscal solicitara para ellos la libertad por motivos humanitarios? ¿No somos todos iguales ante la ley según la Constitución? Óscar Plumed Tortajada. València.