Ausente de Valencia durante unos días, recojo en mi kiosco los diarios que amablemente me guarda mi kiosquera. Entre otras noticias, leo la información de A. J. C. titulada «El Centre del Carme agrega dues residéncies», del sábado 31 de Marzo. Suelo visitar con frecuencia el IVAM y el Centre del Carme, ambos a pocos metros de mi casa, y lamento decir que el Carme, convertido ya en un Centro Popular, no deja de sorprenderme al ver padres y madres con niños invadiendo los claustros renacentista y gótico; o convertida una sala en jardín de infancia, o un circo en la Sala Ferreres, o en la misma sala una exposición de animales varios titulada València Animal, o padres, madres y niños haciendo posturas gimnásticas en otra sala, o plantando una falla en el claustro renacentista para, según dijeron, modernizar el lenguaje fallero, como si no supieran que eso ya lo hacen la Fallas de la calle de la Corona o la de Lepanto, o la de Arrancapins, entre otras.

No pongo en duda el interés de algunos de los proyectos que allí se ofrecen, pero parece que en el Carme, desde hace un tiempo, prime más el número de visitantes, sean niños, mayores o bebés, pues todos se contabilizan sin distinción, sean de 80, o de 0 a 3 años, que la calidad de sus propuestas. Isabel Ortiz Crespo. València.