En relación al atípico partido de fútbol disputado entre el VCF ante el Getafe del pasado miércoles, Levante-EMV vocifera en portada que el club pone el freno «en el peor momento». No sé por qué tendría que ser el peor o el mejor momento. Probablemente, es el partido que convenía perder para ganar los que realmente importan. Por ejemplo, los dos partidos ante el Sevilla (que desde la jornada 32 ya no tiene ninguna posibilidad matemática de alcanzar al Valencia CF), los dos partidos ante el Betis, que también se han ganado, o cuatro de los seis puntos contra el Athletic de Bilbao.

Es el clásico partido que toca perder o no ganar en casa en la primera jornada en la que se va a asegurar matemáticamente un objetivo. Pocos ganan su primer match ball. Le pasa al Valencia CF, como le ha pasado al Barça y al Real Madrid en otras ocasiones. Y a nadie se le ocurre convertir ese partido, poco menos, que en el icono de toda un temporada. Ni hablar de carencias, poco menos que estructurales. El VCF 2017-18 ha tenido en el Getafe a su especia de bestia negra, de la misma manera que el VCF 2003-04 de Benítez lo tuvo ante el Racing de Santander y el Osasuna, lo cual no le impidió ganar en esa temporada su sexto título de Liga. Gonzalo Masip Cervera. València.