Según un informe realizado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, en España uno de cada tres niños afirma que en su clase se dan situaciones de acoso escolar, sufriendo en el 85 % de los casos insultos o agresiones físicas. En Finlandia se está aplicando en el 90 % de las escuelas desde hace diez años el programa KiVa contra el bullying, con muy buenos resultados. Lo novedoso del programa es la relevancia que se le da no solo a los roles de víctima y agresor, sino a otro grupo de alumnos que también interviene en el conflicto; los llama los observadores. Su rol es clave tanto para prevenir como para agudizar el bullying. Pueden ser tres o cuatro los agresores, y uno o dos los agredidos, pero los observadores son muchos más y tienen mucho poder si se unen.

Algunos sociólogos dicen que los jóvenes de la llamada Generación Z, a la que pertenezco, somos «creativos, innovadores», hemos interiorizado la diversidad y tenemos «más capacidad de empatizar y de implicarnos socialmente». Dejemos de ser pues, observadores pasivos, digamos no al acoso, tomemos partido y trabajemos creativamente por una sociedad mejor. Luis Díe Salvador. València.