Amparándome en el artículo 20 de Constitución, y con el debido respeto, me dirijo a sus señorías en referencia a la resolución del llamado caso de la manada. A jueces y fiscales les comunico que yo no puedo dimitir de ningún cargo y que tampoco busco afán de captación de votos electorales. Siempre con el debido respeto, término que parecen que olvidado su significado hacia la víctima. Tal vez lo hayan perdido con tantas interpretaciones, divagaciones, resquicios y tecnicismos en un caduco Código Penal, en el que sus señorías simpatizan más con los acusados que con las víctimas.

Desafortunadamente, no es una excepción, son fallos judiciales que se repiten con más frecuencia de lo deseado. No es cuestión de buscar sentencias populistas, es sencillamente empatizar con aquellos vilipendiados, es aplicar justicia. No es fácil juzgar, pero cuando se aplica el sentido común y el raciocinio se está más cerca de hacerlo.

Soy consciente que no se puede ser juez y parte en la misma causa y mucho menos por aquellos que portan toga. Pero hipotéticamente, si la barbarie perpetrada se hubiera producido sobre un familiar de sus señorías, ¿cuál habría sido la resolución?, ¿habrían rellenado más de 300 folios para hacerlo?, ¿habrían tardado cerca de dos años para pronunciarse?, ¿habrían pedido la absolución?

La justicia es igual para todos, pero ¿para qué todos, señorías? Yo no tengo esa percepción y muchos menos la tendrá la victima por partida doble. Primero la sufrida en su propio cuerpo por cinco alimañas. Y segundo con esta resolución sus señorías corren el riesgo de dejar de serlo. Tengo una duda: cuando se refieren a «abuso sexual y no violación», ¿fue por que hicieron un buen uso€? Roberto Tarazona Mascarós. València.