N. Martín, Castelló

Los propietarios de la casa La Pradera, la cual prevé enajenar forzosamente el Ayuntamiento de Castelló para desarrollar la urbanización de Els Mestrets, han anunciado que esta semana comenzarán a retirar los azulejos catalogados del interior de su vivienda, construida por el ilustre arquitecto Godofredo Ros de Ursinos, "ante la total falta de diálogo del ayuntamiento, que nunca se ha molestado en recibirnos, haciendo caso omiso a nuestras alegaciones, ignorándonos y humillándonos".

Según los dueños de la vivienda, el motivo para retirar los preciados azulejos de la vivienda (que posteriormente será derribada) "no reside en el valor económico de la obra, sino por la constante agonía que estamos sufriendo cuatro años seguidos sin saber dónde vamos a vivir. La corporación no ha tenido la delicadeza de informarnos y siempre nos hemos enterado por la prensa o por publicaciones en los correspondientes boletines".

Respecto al valor patrimonial de la vivienda (cuya cerámica y edificación está catalogada por la diputación por ser excepcional y única en la Comunitat), los propietarios pidieron disculpas a la ciudadanía castellonense por "la pérdida de una obra cultural tan importante para la ciudad" y dieron gracias a todos los vecinos que les han brindado su apoyo durante estos cuatro años.

La casa fue proyectada por Ros de Ursinos en 1922 por encargo de un industrial propietario de la Fábrica de Azulejos Porcar, que decoró la vivienda con la mejor azulejería de su empresa y encargó que ésta fuera trabajada por José Soriano Gaudí. El vicealcalde de Castelló, Javier Moliner, respondió ayer sería "un error para sus intereses y para los de la ciudad, puesto que son piezas singulares, pero la vivienda es propiedad suya y él es responsable de lo que hace o deja de hacer en ella".

Moliner apuntó que, desde el primer momento, "desde el ayuntamiento se anunció y así seguimos manteniendo que esta vivienda que se encuentra ubicada dentro de lo que será la futura zona verde de protección de toda esta unidad se preservaría y se destinaría a usos cívicos. De la misma manera se medió con el IVVSA para que la valoración que se le hiciera al propietario fuera en función de la presencia de unos murales que, aunque no tienen valor patrimonial porque no cuentan con ningún tipo de protección cultural, sí son una curiosidad".

Además, el edil del PP lanzó una advertencia a los propietarios de la casa La Pradera. "Era voluntad del consistorio mantenerlos dentro de un futuro centro cívico. Aún así, sabiendo que la tasación de su vivienda se basa en la presencia de estos murales, si el propietario persiste en su intención de retirar los azulejos, la vivienda perderá valor y necesitará una retasación".