Levante de Castelló, Almassora

El paisaje protegido de la desembocadura del Millars ha recuperado parte de su antiguo esplendor gracias a los fondos europeos y al esfuerzo de los municipios que disfrutan y comparten su belleza natural: Almassora, Burriana y Vila-real. Ayer se dieron por acabadas las obras del proyecto de adecuación ambiental y uso educativo de la zona húmeda de la desembocadura del río, una actuación "intensa, exhaustiva y que nos ha devuelto un Millars en condiciones óptimas", según aseguró ayer el concejal de Sostenibilidad en el Ayuntamiento de Almassora, Enrique Brisach, que estuvo presente en el acto de presentación de las actuaciones, al que también asistieron la directora general del Paisaje de la Generalitat Valenciana, Arantxa Muñoz, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, así como el delegado de Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ricardo Peralta y representantes de los tres municipios.

El proyecto, iniciado a finales de 2007, ha supuesto una inversión de 1.600.000 euros que han sido costeados por la Conselleria de Medio Ambiente, y Medio rural y Marino, que ha financiado un 30% de la obra, y la Confederación Hidrográfica del Júcar, que se ha hecho cargo del restante 70%, a través de los fondos europeos Feder.

Las autoridades que se han dado cita han podido conocer de cerca el resultado de un ambicioso proyecto que tiene tres vertientes: la reproducción de ecosistemas y acondicionamiento paisajístico, las actuaciones sobre el medio hídrico, con la creación de tres lagunas artificiales y también lagunas temporales, así como actuaciones sobre el uso recreativo, con la intención de promover el uso educativo del tramo comprendido entre los tres municipios.

"Una profunda actuación que ha permitido mejorar las condiciones de la desembocadura y poner en valor el río", ha comentado Brisach, quien ha incidido en la necesidad de respetar este paraje natural. "El Millars es un tesoro único que tenemos la suerte de poder disfrutar. Por ello, hemos de respetarlo y preservarlo para poder gozar de su riqueza natural".

El proyecto, ejecutado por Tragsa con la asistencia técnica de AT Control, tiene en la recuperación para uso educativo uno de los pilares, ya que se han abierto senderos y rutas que permitan al visitante recorrer el entorno húmedo, así como habilitado tres zonas de descanso que cuentan con bancos, papeleras y paneles informativos para todos los visitantes.

Por último se han habilitado puntos de observación del delta desde donde se pueden tener vistas panorámicas de la desembocadura. Tres miradores, así como dos áreas de observación de las aves y puntos de ámbitos naturales de especial interés son accesibles para todos los visitantes del entorno.