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La Policía Local de Castelló realizó el pasado fin de semana 57 denuncias por botellón, según informaron fuentes de este cuerpo policial. Además, durante el fin de semana los agentes elaboraron 10 atestados por delitos contra la seguridad vial.

Cada viernes, el botellón se ha convertido en uno de los grandes caballos de batalla de los agentes municipales. El pasado fin de semana, vecinos de la Concordia se quejaron de que el ruido y la suciedad es una pesadilla para los vecinos que la sufren.

Los principales puntos del botellón en la ciudad siguen siendo, entre otros, Ferrandis Salvador, Papa Luna y Travessera, aunque fuentes policiales aseguran que se trata ya de una práctica generalizada.

Un portavoz del 092 añadió ayer que las patrullas que realizan sus rondas nocturnas por el municipio tienen órdenes expresas de sancionar "cuando detecten grupos de jóvenes tomando bebidas alcohólicas en la calle".

Esta práctica también ha enervado los ánimos de los empresarios de algunas discotecas y salas de fiesta, que exigen al ayuntamiento que ponga los medios necesarios para controlar y reprimir las zonas de botellón.

Este rechazo quedó patente en las últimas reuniones de la patronal hostelera y turística. Algunos empresarios de la hostelería no ocultaron su malestar con el consumo de bebidas alcohólicas en grupo en las calles y plazas por parte de los jóvenes. "Esto se ha convertido en un problema de orden público", señalaba un hostelero.

Desde la patronal se ha llegado incluso a sugerir a las policías locales que creen unidades específicas de control de botellón, "de la misma manera que hay grupos dedicados a la lucha contra la droga o la violencia de género". El botellón ocasiona además grandes pérdidas al Ayuntamiento de Castelló por destrozos en el mobiliario urbano y por la suciedad que se genera.