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Ni destituciones, ni renuncia, ni elecciones anticipadas. El presidente Francisco Camps optó ayer por enrocarse ante la que le está cayendo por el caso Gürtel y descartó la convocatoria de comicios exigida por los socialistas porque, auguró, el PP "ampliaría su mayoría" y tiene "un compromiso para cuatro años", que concluye en 2011, y no está dispuesto a anteponer los intereses de la Comunitat a los "problemas" del PSPV. No sólo eso, sino que el jefe del Consell proclamó, en lo que muchos interpretaron como un mensaje velado a la dirección nacional del PP -que le está exigiendo medidas "contundentes"-, que la Comunitat "es fundamental y necesaria para que cambien las cosas en España". "Lo saben los grandes partidos nacionales", aseveró de forma significativa, incluyendo a su propia formación, para añadir: "Aquí no se está debatiendo la autonomía valenciana; se debate el futuro de España". "Todos -insistió- saben que si la Comunitat sigue fuerte, firme e ilusionada hay muchas posibilidades de que las cosas en España cambien a mejor", dijo en alusión a una victoria de Rajoy.

Por ese motivo, hay una "estrategia montada para generar discrepancia y distorsión en la Comunitat". Cuando muchos en el PP sacan la conclusión de que el caso de Camps ya está afectando a las posibilidades de Rajoy para ganar las generales, el jefe del Consell le dio la vuelta al emplazar a que "todos juntos y unidos sigamos manteniendo el rumbo de una comunidad que puede cambiar el rumbo de España". Cerró su intervención con una cita: "Churchill dijo en los peores momentos del inicio de la Segunda Guerra Mundial que Alemania sabía que o ganaba su pequeña isla o perdería la guerra; Zapatero sabe que gana esta Comunitat o perderá la guerra. Las próximas generales las ganará el PP".

En un debate sobre el estado de la Comunitat marcado por el caso Gürtel que fue menos bronco de lo esperado, el portavoz socialista, Ángel Luna, hizo a Camps responsable de que Orange Market pasara de la nada a lograr contratos de todas las conselleries, de la "corrupción generalizada" en la Administración y de haber llevado la "podredumbre moral" la política valenciana. Hasta el extremo, asestó, de haber "utilizado a su propia familia para una red", una referencia a la farmacia de su esposa para enviarse mensajes. La puya indignó a Camps, que lo tachó de "inmoralidad política".

A la menor crispación influyó el que Camps apenas entró al trapo. El presidente recurrió en varias ocasiones a chascarrillos -"que levante la mano quien sepa quién manda en el PSPV", instó, o cuando preguntó quién trajo a Calatrava a Valencia y le contestó solícito el portavoz, Ricardo Costa, gritando "¡Lerma!"- e incluso empleó a menudo un aire desenfadado. El jefe del Consell dedicó su primera intervención a exponer sus anuncios, al autobombo, a reivindicarse exaltando con datos su labor desde 2003 y a atacar al Ejecutivo de Zapatero. "Hoy más que nunca no renuncio a mis sueños", remató.

Los contratos con Orange Market

Luna le fue directo a la yugular. Reclamó explicaciones ante el "colapso político institucional" de un Consell que actúa solo en clave Gürtel. "¿Por qué se marcha Pedro García [ex director de RTVV]? ¿Por qué le abandona su jefa de gabinete [Ana Michavila]? ¿Son daños colaterales?", lo acorraló. También le exigió transparencia para aclarar el coste real de la Fórmula 1 después de que el vicepresidente Vicente Rambla se negara a ello alegando que el contrato tiene "una cláusula de confidencialidad". "¿Cómo es posible esto en un contrato público? ¿Por quién toma a los valencianos", clamó. "Hasta Costa dice ahora que se equivocó al contratar con Orange Market. ¿Y la Generalitat, se equivocó también?", lo interrogó, para recordar que la trama "vino con usted como presidente".

La situación, dijo, es "insostenible", y Camps, que se había construido una imagen de "buen chico y de rigor", está "acabado" y es su propio partido el que le pide "explicaciones". Hizo un llamamiento a "los muchísimos militantes y cargos de PP honrados" porque la Comunitat no puede seguir así", y reclamó a Camps que renuncie, convoque elecciones y "dé un portazo al periodo más truculento de la historia de la Comunitat". El titular de la Generalitat replicó que el PP nacional "no solo confía" en los populares de la Comunitat Valenciana, sino que además ve en ellos "una referencia de buenas cosas, de buenas prácticas y de buen Gobierno".

A las críticas del socialista sobre la falta de democracia en la Comunitat replicó el jefe del Consell que de los candidatos elegidos democráticamente como candidatos a la Generalitat sólo queda él tras la marcha del socialista Joan Ignasi Pla y Glòria Marcos (EU). "¡Yo, el único", clamó. La frase se la tomó después Luna, para afearle una supuesta megalomanía: "Se ha retratado; relea a Freud". El presidente también replicó a las críticas sobre la falta de democracia en la Comunitat con la moción de Benidorm, que le ha hecho al líder del PSPV, Jorge Alarte, la número tres del PSOE, Leire Pajín, "para colocar a su madre en el gobierno local". Camps aún tuvo tiempo de proclamar "la tranquilidad y felicidad de sentirme rodeado de muy buena gente, en el Gobierno, en el partido y en la Administración". Fue el preludio del aplauso efusivo de sus diputados. Camps incluso levantó los brazos.