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Los diputados provinciales se aprietan el cinturón, pero lo llevan más holgado que en otras instituciones. El pleno de la diputación acordó ayer rebajar un 7% el sueldo a los integrantes de la corporación provincial. Se trata de un porcentaje inferior al aplicado a los miembros del Gobierno central, a los diputados nacionales y senadores, y al aprobado ayer por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para los cargos locales. La diferencia en los recortes salariales da lugar a situaciones anómalas. Por ejemplo, el presidente de la diputación, Carlos Fabra, cobrará este año 6.000 euros más que el del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

El equipo de gobierno provincial no quiso esperar la resolución de la FEMP y llevó ayer al pleno un recorte del 7% en los sueldos de los diputados, que se hará efectivo en la nómina de junio. De forma paralela, la Comisión Ejecutiva de la FEMP aprobaba una rebaja del sueldo de los alcaldes y cargos electos de hasta el 15%, en sintonía con la de los miembros del Gobierno. Por su parte, la Junta Portavoces del Congreso de los Diputados acordó una reducción del 10%.

Con la discreta rebaja aprobada ayer por la diputación, el presidente Carlos Fabra cobrará este año 90.478 euros. Esta retribución es superior a la del el jefe del gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, que percibirá este año unos 84.000 euros tras bajarse el sueldo un 15%. Los cinco vicepresidentes de la diputación con dedicación exclusiva cobrarán este año 67.858 euros, casi tanto como los ministros, que ganarán 68.981 euros con la rebaja del 15%. Los diputados provinciales con dedicación exclusiva percibirán 45.239 euros al año, lo que supone una nómina mensual de 3.130 euros (con dos pagas extras), superior a la asignación básica de un diputado nacional.

Cifras contradictorias

El vicepresidente Rubén Ibáñez afirmó que la reducción de los salarios de los diputados y funcionarios de la entidad provincial supondrá un ahorro anual de 960.000 euros, cuando el día anterior el presidente en funciones, Francisco Martínez, habló de 1,3 millones.

La medida fue aprobada con el voto de los tres grupos políticos, aunque el portavoz socialista, Francesc Colomer, advirtió que es insuficiente. "Con esta rebaja salarial, el presidente Carlos Fabra cobrará más que el del Gobierno, que el de la Generalitat o que la presidenta de las Corts Valencianes", criticó Colomer.El portavoz del PP, Vicent Aparici, respondió que hay alcaldes socialistas "que cobran más que los vicepresidentes de la diputación" e instó a Colomer a aplicar el mismo criterio en las filas de su partido.

El PSPV presentó un plan de ahorro con medidas como la supresión de cuatro vicepresidencias, la reducción de asesores o la disolución de la inmobiliaria Vicasdi. La moción provocó un cruce de acusaciones sobre lo que cobran unos y otros.

El vicepresidente Rubén Ibáñez insistió en pedir a Colomer que predique con el ejemplo. "En el ayuntamiento de Benicàssim hay cuatro tenientes de alcalde y usted critica que aquí haya seis vicepresidentes. Y usted tiene un sueldo de Champions League: cobra 6.000 euros al mes entre el ayuntamiento y la diputación, el doble de lo que cobro yo. Podría empezar por su casa", aseveró Ibáñez. A lo que Colomer respondió: "Yo vendría gratis a la diputación si usted se bajara el sueldo a la mitad. Vaya ejemplo es usted, que cobra casi 70.000 euros en la diputación, además de lo que percibe en el ayuntamiento de Onda".

El PP restaura el orden

El orden volvió a las filas del PP después del caos del pleno del mes abril. La imagen de desgobierno que se dio en la última sesión obligó a los populares a rectificar la estrategia y ayer se visualizó un grupo cohesionado, donde cada uno ejerció su papel.

El PP puso así fin a la dispersión de voces del pleno de abril y el portavoz, Vicent Aparici, ejerció de portavoz, con el apoyo del vicepresidente Rubén Ibáñez. Nada que ver con lo vivido hace un mes, cuando afloraron las rivalidades internas y hubo diputados que se arrogaron la portavocía en temas que no eran de su competencia. Ayer incluso dio la impresión de que hubo consignas para controlar al impulsivo vicepresidente Ramón Tomás.