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Con el auto del juez Pedreira todavía caliente y con un partido noqueado ante el incierto futuro político y judicial de su jefe de filas, Francisco Camps se agarró ayer en las Corts a la "senyera" para hacer frente a lo que calificó como el "envite de todo el aparato del Estado para generar una sombra de duda" sobre su Consell. De nuevo Gürtel centró la sesión de control al presidente en la Cámara y de nuevo el jefe del Consell dejó clara su resistencia numantina a tirar la toalla por más que se estreche el cerco judicial que, en el peor de los escenarios, podría sentarle en un banquillo por un delito de cohecho propio penado con cárcel e inhabilitación. Así de crudo se lo dibujó el síndic socialista Ángel Luna, quien subió a la tribuna con un ejemplar del Código Penal en la mano: "Este es su problema, que ya no se resuelve con una multa", espetó el socialista en alusión a las tesis de la Fiscalía Anticorrupción, asumidas en su auto por Pedreira, según las cuales habría indicios para acusar al presidente de un delito de cohecho propio en lugar del impropio por el que actualmente se encuentra imputado en la causa de los trajes. "Usted se ha cogido a lo único que les queda, el Código Penal, yo me cojo a la señera y a mis conciudadanos para seguir trabajando por el futuro de esta tierra", fue la respuesta del presidente.

Camps entró en el hemiciclo con varios minutos de retraso en compañía de los vicepresidentes Vicente Rambla y Gerardo Camps. Los diputados populares, cuyos rostros acusaban el último golpe judicial, le recibieron con una ovación poco convincente. Juan Cotino, también en el centro de la diana por la implicación de los negocios de su familia en la la presunta financiación irregular del PP no acudió a la sesión. Sí lo hicieron los diputados Yolanda García, David Serra y Ricardo Costa, todos ellos, junto con Rambla, señalados en el auto de Pedreira como colaboradores de un presunto delito electoral. Ante este desolador panorama, Camps reaccionó como se esperaba. Reiteró que es inocente, que le asiste la verdad y que todo es un "ataque injusto" para derrotarle fuera de las urnas, una conspiración en la que el portavoz socialista es "una terminal más del aparato del Estado".

Desde que estalló el escándalo Gürtel, el jefe del Consell ha puesto en entredicho todo el proceso judicial. Primero cargó contra el juez Garzón y después contra la Fiscalía Anticorrupción, los informes de la policía y de la Agencia Tributaria. Ayer dio un paso más al hablar del auto "de corta y pega" del juez Pedreira y denunciar que las instancias judiciales no han permitido "al Gobierno valenciano" presentar "un solo papel" para demostrar "lo que es verdad". "Ya pueden venir 550.000 informes porque como dicen los de la Generalitat aquí se ha hecho todo correctamente y el partido está financiado correctamente", añadió. "Por eso, no tengo miedo a nada", añadió.

Frente al aparente optimismo del presidente respecto al final del túnel judicial, Luna le recordó que va "va de derrota en derrota " y aseguró que con el auto de inhibición de Pedreira a favor del TSJ valenciano se ha producido "el fin de una ficción y de un anhelo" puesto que el juez ve "indicios más que evidentes de corrupción" en la Administración valenciana. "¿Cuánta arenga va a necesitar para tapar el olor a corrupción que rezuma el PP valenciano?, preguntó el socialista, quien afeó al presidente que siga aferrado a la "mentira". "Ya no son ni 80 contratos ni tres trajes, hay muchas cosas más", señaló. Para Luna la "megalomanía" del presidente le enfrenta a su propio partido, al tiempo que incidió en su soledad. "Si no tiene a nadie que le diga que no se preocupe por su carrera política sino por el Código Penal y por la cárcel es que usted está muy solo", dijo.

Malestar por mencionar la bandera

Camps, que insistió en que cuenta con el respaldo de su partido, de los ciudadanos y de la dirección nacional, rehusó contestar a la pregunta de Luna de sí seguirá "atrincherado en el Palau si también resulta imputado por cohecho y delito electoral. "No hay nada más hermoso que defender la verdad, y a mi me ha tocado como presidente de la Generalitat", replicó Camps.

La alusión a la bandera valenciana no sentó bien en los escaños de la oposición. "Deje de envolverse en la bandera de los valencianos y apártese de un sillón que no merece", asestó Luna. En su turno, el portavoz de Compromís, Enric Morera, señaló que la Senyera "es el símbolo de todos los valencianos y no tiene ningún eximente de un procedimiento judicial" y coincidió en que el jefe del Consell "está cada día más sólo". Desde Coalición Valenciana, García Sentandreu, emplazó a Camps a pedir perdón y dimitir "por haber hecho un uso indigno de nuestra Real Senyera valenciana". Algunos diputados del PP comentaron también en privado que la apelación a la bandera había sido desafortunada.