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La comparación entre los aeropuertos de Ciudad Real y Castelló ha sido inevitable en los últimos años, dadas sus similitudes y trayectorias paralelas. Ambos son de interés general y capital privado, de ahí que la quiebra del aeropuerto manchego haya puesto en alerta al Costa Azahar. Este último aún no se ha puesto en marcha y ya arrastra problemas de liquidez por el retraso del Consell en librar a la concesionaria seis millones de euros del préstamo suscrito.

Hace menos de dos años que entró en funcionamiento el aeropuerto Don Quijote de Ciudad Real y anteayer entró en situación de concurso de acreedores por no poder atender sus obligaciones con los acreedores. La deuda de la empresa gestora podría situarse en torno los 300 millones de euros y se plantea ahora una intervención pública para mantener la actividad.

Los gestores del aeropuerto de Castelló Costa Azahar miran de reojo todo lo que ocurre en Ciudad Real, que fue el primer aeródromo privado de España en entrar en funcionamiento. Desde la sociedad pública Aerocas, promotora de la infraestructura (la construcción y gestión corresponden a la privada Concesiones Aeroportuarias), consideran que no se pueden comparar situaciones y destacan que la deuda del aeropuerto manchego duplica la inversión total del Costa Azahar.

Sin embargo, el aeródromo castellonense no está exento de problemas económicos, cuando faltan pocos meses para su puesta en marcha. Como relató este diario, Concesiones Aeroportuarias se encuentra con el agua al cuello. El motivo es que la Generalitat no libra cerca de seis millones de euros del préstamo a la concesionaria, lo que impide a esta última atender sus pagos a los proveedores y dar el impulso final a la infraestructura.

Martínez: "Está todo solicitado"

El presidente en funciones de Aerocas, Francisco Martínez, aseguró a este diario que la sociedad se ha dirigido a la Generalitat reclamando el pago. "Está todo solicitado por el consejo de administración y pendiente de que se transfiera el dinero", manifestó. Desde el gobierno valenciano admitieron el problema y aseguraron que está en vías de resolución.

La situación viene dada por la compleja fórmula de financiación de la infraestructura. Los aproximadamente 120 millones de euros de inversión tienen tres procedencias: el 40% viene de un préstamo bancario de 46 millones de euros avalado por la Generalitat (a través de la empresa pública Aerocas); el 30% procede de un préstamo que tiene suscrito Concesiones Aeroportuarias con siete bancos; y el 30% restante es capital de la concesionaria.

Las tres fuentes de ingresos están vinculadas. Si Concesiones Aeroportuarias quiere disponer de dinero de los bancos que le han prestado, tiene que poner capital propio y pedir a la Generalitat que libere su parte proporcional de crédito. Y es en este último eslabón donde se ha roto la cadena. El gobierno valenciano no aporta a Concesiones Aeroportuarias cerca de seis millones de euros que faltan de su préstamo participativo. Al parecer, el motivo es que se ha superado el plazo de total disposición del dinero que pactó la Generalitat con los bancos.Si la administración valenciana no aporta esta cantidad se produce un efecto dominó y los bancos tampoco aportan liquidez a Concesiones Aeroportuarias. El resultado es que la empresa está maniatada y no puede hacer frente a sus compromisos con los proveedores.