La crisis afecta a todos. También a los músicos. El incremento de la presión de Hacienda para evitar el fraude a las arcas públicas ha llevado a las charangas contratadas para las pasadas fiestas de Santa Quitèria de Almassora a darse de alta en la Seguridad Social. La práctica es inusual entre los grupos de músicos profesionales y aficionados que amenizan los pasacalles durante la semana de festejos en honor a la patrona. Según explican, habitualmente cobraban tras las actuaciones con fondos del ayuntamiento pero las inspecciones cada vez son más exhaustivas y pocos se arriesgan ya a recibir una multa.

El músico de una charanga cobra de media unos 60-70 euros por jornada, que en Almassora incluye el pasacalle desde la Cámara Agraria hasta el recinto taurino tres veces al día: para asistir al encierro de vacas, al "bou al carrer" por la tarde y al "bou embolat" por la noche. Además, durante el tiempo que duran las exhibiciones los músicos continúan tocando para la reina de las fiestas y su corte de honor en Ca la Vila (antiguo ayuntamiento).

La "persecución" de la Agencia Tributaria les ha llevado este año a darse de alta en la Seguridad Social "aunque sólo fuera por cinco horas al día", explican músicos de Almassora. La gestoría Hernández de la localidad ha confirmado que varias charangas han acudido en busca de asesoría laboral para cotizar por los servicios prestados. "Es la primera vez que pasa. Antes los músicos no se daban de alta en la Seguridad Social", según fuentes de la asesoría.

Inspecciones en Fallas

El miedo a las inspecciones del fisco llevó a los músicos de las charangas a prescindir del uniforme característico durante sus diferentes actuaciones en las fallas de municipios como Burriana. "Nos poníamos las camisetas de los falleros como si fuéramos de la comisión porque si venían los inspectores a denunciarnos siempre podíamos decir que éramos de la falla", añaden. Sin embargo, durante las últimas fiestas de Almassora decidieron asumir la imposición legal y ya han declarado a Hacienda por el trabajo remunerado.

Para los músicos la medida no deja de ser una herramienta más del Estado para recaudar fondos que, en esta ocasión, deja su retribución en una nimiedad. "Las charangas suelen estar compuestas por estudiantes que tocamos por afición y para sacarnos un dinero extra. Con pagarnos la Seguridad Social ese sueldo se queda en nada", critican.