La entrada en el mercado europeo de pavimentos y revestimientos cerámicos fabricados en China podría tener una recarga en las tarifas arancelarias a lo largo de los próximo nueve meses, plazo máximo para desarrollar la investigación sobre posibles prácticas dumping que acaba de iniciar la Comisión Europea.

De momento no se ha hecho público con qué tipo de porcentaje se gravará la entrada de recubrimientos cerámicos chinos en Europa, pero parece descartarse otro tipo de medidas como la limitación del volumen de las importaciones o cerrar las fronteras a dichas mercancía como medida preventiva.

Desde Ascer se asegura que, en la actualidad, la Comisión Europea está recopilando información, "proceso durante el cuál nos ponemos a su entera disposición", han señalado fuentes de la patronal azulejera española.

De hecho, el procedimiento que acaba de iniciarse en Bruselas contra el gigante amarillo pone sobre la mesa la posibilidad de que el extraordinario crecimiento que registra la cerámica china en el mercado europeo, que responde a una tasa media anual del 49%, se deba a que entre los años 2005 y 2009 ha registrado una bajada de su precio del 12%m una situación que, según fuentes de Ascer, "escapa a toda lógica basada en las tendencias mundiales de aumento en los costes energéticos y materias primas de los últimos años".

El proceso tiene su origen en una denuncia presentada el pasado 7 de mayo por la Federación Europea de Fabricantes de Baldosas de Cerámica (CET) a instancias de los productores no sólo de España e Italia, las dos principales potencias exportadoras de cerámica plana del mundo, sino también de Portugal, Alemania, Francia, Holanda y Polonia.

Cerámica radioactiva

Además, hay que recordar que la patronal azulejera Ascer ha denunciado ante la Comisión Europea que China pone trabas a la entrada de producto cerámico en sus fronteras al exigir, desde el año 2005, el certificado CCC para la comercialización de azulejo con absorción de agua inferior al 0,5%.

La obtención de esta certificación, según fuentes de la patronal, requiere la intervención de un laboratorio chino autorizado que, a través de análisis técnicos, avale el cumplimiento del estándar nacional de radioactividad y la posterior inspección, también por parte de expertos chinos, de las instalaciones productivas del exportador.

"Los problemas que suponen este tipo de certificados de calidad exigidos en diversos países se suele tratar de paliar desde Ascer, en el caso de no haber laboratorios españoles acreditados, firmando acuerdos con diversos laboratorios locales para agilizar trámites y reducir gastos".