El año que vamos a usar como punto de partida de nuestra historia es 1857. Este no es en absoluto el primer año en que se desarrollan actos en honor a Sant Pere, pero sí es el primer año que aparecen reflejados éstos en la prensa local, concretamente en el periódico El Eco de Castellón que en el ejemplar del 2 de Julio de 1857 expone textualmente: "Inmenso fue el gentío que acudió al Grao el dio de Sant Pere, siguiendo la costumbre de todos los años y fue inmensa también la nube de polvo que se levantó de aquel camino, por no haber tenido la precaución de regarlo en un día de tanta afluencia y tránsito por él, operación que a muy poca costa pudo practicarse, con el agua de las acequias que a ambos lados del camino pudo correr precisamente aquel dio, como en otras ocasiones.

No tenemos noticia de incidente alguno desagradable que turbase la general animación y bullicio, lo cual dice mucho en favor de la proverbial cordura y probada sensatez de estos habitantes".

Era esta una época de esplendor de nuestras playas en la que se conocía como "temporada de baños" que se iniciaba, más o menos, tras los festejos de Sant Pere, por ello la afluencia de gentes de Castelló era enorme, siendo el problema del riego del camino una cuestión que afectaba enormemente a la sociedad de aquellos años, como se verifica en El eco del Mijares del 6 de Agosto de 1857 en el que se denuncia: "Algunas tardes suele regarse el camino del Grao hasta el sitio llamado la "Donació"; disposición que no podemos menos que elogiar, pero sería conveniente que dicho riego se extendiera hasta el mar... ".

Pompa y animación

No existen noticias que nos indiquen cuál era el tipo de actividades que se desarrollaron en dichos años, hasta llegar al año 1895 en que el Heraldo de Castellón, con fecha 1 de Julio cita textualmente: "Con extraordinaria pompa y animación, no menos extraordinaria, ha celebrado el vecindario dei Grao su fiesta anual dedicada a su patrono San Pedro. Hoy se han corrido vaquillas en aquel caserío habiéndose trasladado con este motivo al poblado marítimo cercano, un gran concurso de gentes de la capital. Mañana miércoles y jueves próximo se repetirá el espectáculo taurino de esta tarde". Al día siguiente, el mismo periódico resalta que: "En la corrida de vaquillas celebrada ayes en el Grao, un bicho de Saltillo alcanzó al joven Antonio Esteller Torres, infiriéndole una herida en la ingle, que los médicos han pronosticado de grave. Por este incidente y en evitación de otros peores, el digno señor Gobernador Civil de la Provincia ha prohibido la lidia de toros en las calles del Grao". A continuación una elocuente nota firmada por la dirección del periódico aplaudía la orden, que logró que no se celebraran toros hasta 1898, en que el gobernador autoriza a los vecinos de El Grau para celebrar corridas de vaquillas.

Aquí encontramos un vacío que va desde 1900 hasta 1935, en que sabemos, gracias a la memoria de nuestros mayores, que continuaron celebrándose fiestas, combinando exhibiciones taurinas, con bou embolat incluido, y celebraciones religiosas en honor a Sant Pere.

No obstante cabe señalar un suceso ocurrido en 1933, cuando fue trasladado el famoso toro "Camillero" desde Catí, en compañía de mansos, y que entró en El Grau a las 2 de la madrugada, siendo encerrado en casa del tío "Quiquet de Cumba". Fue este toro célebre por causarle la muerte al mozo apodado "Florín", cogiendo también de mala manera al pastor.

La taurina calle Canalejas

Del año 1936 conservamos imágenes de entradas de ganado, realizándose las exhibiciones taurinas en la vila conformada por la calle Canalejas y la plaza Virgen del Carmen, junto a la antigua iglesia y cuyo corro o corral se situaba entre la mencionada iglesia y el Faro de Baltaro. Esta plaza era, sin duda, un centro cultural importante, donde se congregaba la antigua iglesia de Sant Pere y el antiguo colegio, del cual todos los mayores recuerdan a aquellos dos maestros, Doña María y Don Tomás, que allá por los años treinta luchaban incansablemente por atender a sesenta y tantos alumnos. Este edificio del colegio se amplió más tarde con la construcción de seis nuevas aulas de enseñanza primaria y dos de párvulos, en un tiempo en que el centro se denominaba Guerra del Río y anteriormente González Chermá. El edificio fue de nuevo ampliado más tarde con la construcción de cuatro unidades para párvulos, pasando a denominarse La Marina, dirigido durante muchos años por Don Vicente Mor y en el que se ubicaron también las Escuelas de Patronato de la Cofradía de Pescadores.

Durante la guerra sabemos que El Grau celebró la festividad de Sant Pere y en 1939 aparece la primera reseña periodística cuando se cita que se celebraron fiestas "coincidiendo como en otras años con una corrida de taras en Castellón".

En 1942 solamente se celebraron actos religiosos durante las fiestas de Sant Pere, dejando para la Virgen del Carmen las celebraciones profanas con la realización de festejos taurinos.

1945 es el año clave de las fiestas de la Magdalena, organizándose Castelló en sectas festeros y correspondiéndole a El Grau ser el número 12. Se nombró una Madrina, Trini Oms, pero debido a una inoportuna enfermedad fue sustituida por una joven llamada Angelita Pascual. El sector participó en las fiestas con un monumento gaiatero que representaba el faro.

Ya dentro de las fiestas patronales de El Grau, el año 1945 destaca porque, en el día de Sant Pere, se llevó a cabo el solemne traslado de la imagen del Santísimo a la capilla de la nueva iglesia en construcción, en la Avenida del Serrallo. El traslado se realizó procesionalmente por las calles de El Grau, entrando en el sagrado recinto bajo los acordes del himno nacional, cruzando los numerosos arcos confeccionados para la ocasión con murta y flores. El arcipreste, tras la bendición de la capilla pronunció estas palabras: "Cuando estéis en tierra, visitad la iglesia y pedid al Señor que os guarde cuando os halléis en medio del mar en momentos peligrosos..." . Finalmente, el párroco, mosén Clemente Juan Adell, despidió a las autoridades, recibiendo muchas felicitaciones. Con referencia a los toros, aquel año se mantuvo la vila de Canalejas, situando el corro en el callejón de "Casa Juanito".

Cabe decir, hablando de estos años y de toros embolados, que El Grau no tenía un grupo de emboladores propio, sino que venían personas de fuera para realizar las emboladas. Así, se recuerda a "El Batanero" de Puçol o a Pepe "Chamarro" de Ribesalbes, ayudados por aficionados como Ximo "El Cabrero". Esto sucedía desde los años 40 hasta, más o menos, el año 1972, en que se formó un grupo de emboladores que se encargaron de esta labor. En 1950 las fiestas se ven claramente constituidas por los toros y por las celebraciones religiosas. Respecto de estas últimas, cabe destacar la santa misa y la procesión que recorrió las principales calles de El Gran. En el año 1951 se llevó a cabo la modificación de la vila taurina, realizándose la fiesta de toros por el paseo Buenavista o carrer de davant. En 1953 tuvo resonancia en la prensa la cogida de un joven el 25 de junio, concretamente Fermín Mayor García, natural de Almería pero vecino de El Grau, recordándose con especial admiración un toro, de nombre "Almendrito", de la ganadería de Badal y Cervera de Catí.